El contexto. Tres amigos que suelen reunirse para jugar al póker, en su versión clásica, el de cinco cartas. Dos de ellos sospechan que el tercero es más habilidoso que afortunado, por lo que una noche de cubalibres, gusanitos y cacahuetes variados deciden espiar al susodicho poniéndole una cámara oculta. Luego editan y maquetan, de forma magistral, el resultado final para que toda la red pueda ver a un tramposo en su másxima expresión.
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HIJO PUTA EL GAFAS...... CON SUS CENTIMICOS..
ResponderEliminarNO SA COMIO NI UNA GALLETA EL CABRON.
HIJO PUTA EL ZOROLLO¡¡¡¡¡¡¡¡
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